Cultura organizacional: el mejor aliado de tu estrategia empresarial
La cultura organizacional representa una base para que los colaboradores de una empresa sepan accionar y reaccionar ante situaciones determinadas. En este artículo, te presentamos las características de este tipo de cultura y te decimos en qué puede beneficiar a tu negocio.

Razones para desarrollar una cultura organizacional.
Se dice que existe una gran diferencia entre las empresas que se preocupan por implementar una cultura organizacional real y otras: las primeras quieren seguir mejorando, mientras que las segundas tienden a estancarse, por faltas de orientación y autoconocimiento.
Entre otras cosas, la cultura organizacional, ayuda a fortalecer los lazos de identidad corporativa de tres actores: el equipo de trabajo, los clientes y, por supuesto, tu marca. Mediante los parámetros establecidos, otorgarás un sentido de identidad a todos los involucrados.
Con relación al desenvolvimiento general, este mecanismo también es eficiente para la resolución de problemas cotidianos u oficiales. Ya que integra los diferentes procesos internos y provee al personal con herramientas para actuar ante situaciones específicas.
Finalmente, a través de este tipo de cultura, puede plantearse un panorama realista del futuro. Esto, debido a que establece metas internas y externas, y ayuda a encontrar los medios para lograrlas.
En general, tanto orienta hacia decisiones convenientes para tu negocio, como previene de otras no correspondientes con sus objetivos.
Elementos que integran una cultura organizacional.
Por tanto, es necesario establecer y presentar un código de cultura organizacional que resulte útil e informativo a nuestros colaboradores. Es decir que, a modo de código como tal, habremos de identificar todos los elementos primordiales que habrán de componerlo.
Para este caso, existen seis componentes generales que conforman casi todos los códigos de cultura: la filosofía, misión, visión, valores, ambiente empresarial y sentido de identidad, así como las, ahora opcionales, normas, reglas o lineamientos.
Como habrás adivinado, la filosofía representará el eje a partir del que se guiarán todas las decisiones de tu empresa. Funcionará como el conjunto de posturas morales y profesionales que habrán de tomarse en nombre de la empresa.
Y, ahora bien, aunque misión y visión tienden a tomarse por lo mismo, cada una engloba consideraciones diferentes y fundamentales. Pues, mientras la misión se encamina hacia la razón de ser actual, la visión se refiere al objetivo final.
Igualmente, las empresas ahondarán en mayor o menor medida en los valores y la importancia del ambiente o el sentido de identidad. Bien puede establecerse una relación directa entre el ambiente y la identidad, o de la identidad con los valores, por ejemplo.
Finalmente, las normas, reglas o lineamientos pueden ser importantes para algunas organizaciones, mientras, para otras, pueden ser todo lo contrario. Si se dice que las reglas han dejado de ser forzosas es porque muchas empresas evaden su naturaleza restrictiva.
Tipos de cultura organizacional
Puede parecer que la cultura organizacional representa un mecanismo individual, dependiente de las características y condiciones de cada empresa. Sin embargo, todavía contamos con clasificaciones que pueden darnos una mayor idea sobre códigos de cultura.
Dicho así, aquí
presentamos solamente los modelos basados en la clasificación hecha por Roger Harrison. Tales como son: la cultura organizacional orientada al poder, a las normas, a los resultados, o bien, a las personas.
Cada uno de estos modelos se define en gran parte por el nombre que adquieren. La cultura orientada al poder, por ejemplo, se encamina hacia la competitividad y dominio empresarial. Aquí, el trabajo es individual y los empleados son meros prestadores de servicios.
De igual forma, la cultura orientada a las normas priorizará en la estabilidad mediante el cumplimiento riguroso de reglas; la orientada a los resultados, se preocupará por la optimización de procesos; y, la orientada a las personas, en el desarrollo personal y profesional de su equipo.
Como hemos visto, conseguir que una empresa prospere no es sólo cuestión de ponerse manos a la obra y ser constante. Esta clase de proyectos requieren de un trabajo de planeación, complementario entre cada una de las partes que lo componen.
Así, la cultura organizacional se convierte en una guía a partir de un código de cultura que pretende facilitar sus objetivos. Sin mencionar que el establecimiento de su filosofía, misión, y valores proveen las bases de comportamiento y acción para sus colaboradores.
¿Qué opinas? ¿Consideras que tu proyecto empresarial cuenta con las herramientas necesarias para no quedarse estancado? Si la respuesta es no, ¿qué esperas? ¡Anímate a implementar un código de cultura organizacional en tu negocio!
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